75 firmas de lujo lanzan una campaña para luchar
contra las falsificaciones, que provocan pérdidas de más de 1.000 millones de
euros al año.
Las falsificaciones de productos de lujo cuestan al mercado
genuino más de 1.000 millones de euros al año y por su brecha se cuelan dos
millones y medio de empleos no creados. Además, hace aumentar la deuda de los
estados y contribuyen a alimentar el tráfico de drogas, de armas y el
terrorismo. El parásito del lujo falso “ataca nuestros valores, nuestros empleos
y empresas”, afirma Sydney Toledano, presidente de Christian Dior. “No son los
chinos ni los marroquíes los consumidores de estas falsificaciones, sino los
turistas europeos”, explicó ayer el directivo a EXPANSIÓN.
Frente común
Dior y otras 74 firmas de lujo como Chanel, YSL, Lacoste,
Hermès y Vuitton han hecho frente común contra el enemigo. Agrupadas bajo el
Comité Colbert, han lanzado una campaña para persuadir al cómplice del delito.
En Francia, la ley contempla multas de hasta 300.000 euros para los compradores de artículos falsos. “El comprador es consciente de que adquiere
un fraude”, señaló Elisabeth Ponsolle des Portes, delegada del comité.
En los últimos años, este mercado ha crecido de manera
paralela al del lujo. Sólo en Francia, el número de artículos aprehendidos en
las aduanas ha crecido un 45%. En Europa, se calcula que las falsificaciones
hacen que se dejen de ingresar 60.000 millones.
Según el comité francés, es en vacaciones cuando más aumenta
la compra falsa. Muchos turistas europeos llevan en sus maletas el amargo
souvenir. Por eso, van a mostrar paneles con advertencias en los aeropuertos.
Además, se intensificará la vigilancia en las aduanas. La campaña se hará de
momento solo en suelo francés, pero el objetivo es que se sumen todos los
países europeos. “No vale con tener una industria, hay que defenderla”, dijo
Toledano.
En los últimos cinco años, el ecomercio ha alimentado la
presencia en Internet de falsificaciones. Las firmas lamentan la falta de
colaboración de algunas plataformas de venta online, aunque, según una
responsable del departamento de Lacoste que persigue el fraude, “algunas sí han
incorporado en su modelo de negocio la garantía al cliente de que compra un
producto genuino”.
Por su parte, en sus tiendas de París, Dior muestra el
complejo proceso de fabricación de sus bolsos. “La gente que ha visto lo que
cuesta hacerlo se lo piensa”, dice Toledano. (Raquel Villaécija - Expansion) (Modas y Modelos)
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